A raíz de la pandemia del 2020 encontré una pasión en la recolección de cráneos y huesos de animales. Todos los huesos son reales y cada pieza es única. Toma tiempo encontrarlos y hay que tener mucha paciencia. Me llama mucho la atención la anatomía  y la forma del esqueleto de los animales que suelo encontrar.
Al momento de crear mis piezas investigo lo que el animal y los materiales que la componen representan para darle un significado especial a cada pieza.
Utilizo técnica mixta como aerosol, vitromosaico, huichol, cuarzos, tela, naturaleza, espejo, entre otras.

Uno de los grandes retos al empezar este proyecto fue aprender a blanquear y reconocer cada cráneo y hueso, así como saber los diferentes métodos de conservación. El hueso debe de estar completamente limpio antes de que pueda utilizarse para almacenamiento o arte, y existen varios métodos de limpieza y conservación. El  método que yo ocupo es la maceración en agua fría. Esto es un proceso largo en el que dejo el hueso en agua a temperatura ambiente con una pequeña cantidad de detergente especialmente para el lavado en frío. Estos detergentes contienen enzimas que descomponen la materia orgánica.
Esta es la forma más segura de limpiar un hueso y dejarlo intacto. Esto puede llevar desde unos días, hasta algunas semanas dependiendo del estado del hueso. Teniendo los huesos limpios y secos los separo de acuerdo con su estructura y tamaño.
A menudo me dicen que estoy loca por recoger los huesos de los animales, pero de esa locura surge mi arte.
“Mis obras son inspiradas con el fin de honrar al animal dándole belleza a lo que alguna vez fue parte de su ser”.